Trovas a la Virgen de La Hermedaña.
Luis Argaiz Velasco; Gregorio Remírez Aranzadi; Pedro García Ruiz.
 

PRESENTACIÓN.
 

Rebuscando en el “arca” que conserva el tesoro cultural de la comarca de Moncalvillo hemos encontrado, envueltas entre otras joyas del patrimonio inmaterial, unas bonitas trovas dedicadas a la Virgen de La Hermedaña.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que la trova es la “canción amorosa compuesta o cantada por los trovadores” y una “composición métrica escrita generalmente para el canto”.

El origen de este género poético – musical remonta en el área mediterránea a la Grecia clásica y cobra especial relevancia en la Occitania del siglo XI.

Para Martín e Isabel de Riquer, el trovador más antiguo de obra conservada es Guilhem de Peitieu, VII conde de Poitiers y IX duque de Aquitania (1071 – 1126), y también el más completo por encontrarse en sus poesías el registro feudal, el religioso, el coloquial, incluso el grosero y el obsceno.

La lírica de los trovadores provenzales surge en una amplia zona del medio día de Europa y encuentra pronto imitadores franceses y alemanes, pero son los trovadores y juglares catalanes quienes extienden la tradición por las cortes de Castilla, Navarra y León.      

El canto a La Hermedaña que presentamos se enmarca dentro del género lírico religioso e incorpora elementos de carácter etnográfico y medioambiental.

Las dos primeras estrofas, por ejemplo, evocan la devoción a la Virgen y hablan a su vez de la ubicación del Santuario en lo más profundo de Moncalvillo:

“Virgen de La Hermedaña / que en Moncalvillo moras / todos los pueblos te adoran / con amor sin igual”.

“Te has perdido en las cumbres / de nuestra tierra / que has querido en tu anhelo / trepar por ellas”.

Efectivamente, en las cumbres de Moncalvillo fue levantado un impresionante Santuario al que acudían los romeros cantando trovas similares a la que sigue:

“A verte cantando subo / de verte llorando bajo / y lloro porque me duele / separarme de tu lado”.

Dedica una pincelada a la fuente que determinó su emplazamiento:

“Una fuente nos dejas / repleta de agua / donde descansaremos / entre robles y hayas”.

Y recoge elementos medioambientales propios del ámbito rural:

“Aquí quiero cantarte / con trovas viejas / entre robles y viñas / de mosto llenas”.

UN REGALO DE LA TRADICIÓN ORAL.

El pasado mes de mayo nos acercamos a Tricio a charlar con Eresvita Alegría Hernáez.
 


Eresvita y Goyo durante la visita.
 

Comenzamos la visita saboreando la variada obra pictórica que lo largo de los años fue creando nuestra anfitriona y que abarca desde temas de historia y religión a edificios históricos riojanos, como el castillo de Clavijo o el monasterio de San Millán de Suso.

En esta extraordinaria muestra se mezclan también trabajos sobre arquitectura popular riojana con una maja desnuda de Goya y la Gioconda de da Vinci con un retrato del Papa Francisco y otros de carácter familiar.
 

        
Cuadros de los abuelos y la madre de Eresvita.
 

Eresvita nació en Tricio el día 1 de mayo de 1930 y hereda la devoción a La Hermedaña de su madre, Doña Tomasa Hernáez Hernáez.

Recuerda que un buen día de 1910 su madre y una amiga de Zaragoza, que vino a Tricio a visitarla, salieron de madrugada  hacia Manjarrés donde les esperaba un nutrido grupo de vecinos para subir a Moncalvillo y visitar la ermita de La Hermedaña, a pesar de que para entonces la cubierta del Santuario estaba ya arruinada.

En su casa se hablaba muy a menudo de este Santuario y su madre cantaba con frecuencia las trovas que damos a conocer mientras hacía las tareas de la casa.

Aquella devoción le llevó a pintar algunos cuadros a la Patrona de Moncalvillo, entre ellos el que ilustra la portada que regaló al pueblo de Manjarrés.
 


Eresvita rodeada de parte de su obra.
 

Pintó también la imagen de la Aparecida, aquella Virgen que halló un pastor en Moncalvillo en el tronco de un acebo y que conserva como “oro en paño” la familia de Goyo en su casa de Sorzano.
 


La Aparecida. Autora Eresvita Alegría.
 

Las trovas a La Hermedaña que canturreaba Doña Tomasa podemos escucharlas hoy en la voz de Eresvita, acompañada al piano por su sobrino Jorge Ochoa Alegría; son un extraordinario documento que nos llega gracias a la tradición oral y que debemos incorporar a la Colección Historias de Moncalvillo para gozo de nuestros lectores.
 


Jorge Ochoa Alegría, de niño.
 

Puedes escuchar las “Trovas a La Hermedaña” pulsando la imagen de los trovadores.
 



Trovadores medievales. Crédito: Chulavista.
 


 

 

A verte cantando subo

De verte llorando bajo

Y lloro porque me duele

Separarme de tu lado.
 

Aunque esté lejos de ti

De ti no puedo olvidarme

Que no es hijo bien nacido

Aquel que olvida a su madre.
 

Ya que lejos de ti vivo

Y no puedo visitarte

Ahí te va mi corazón

Envuelto en estos cantares.
 

La la lará la la la…..

 
Virgen de La Hermedaña

Que en Moncalvillo moras

Todos los pueblos te adoran

Con amor sin igual.
 

Te damos gracias madre

Por todo lo que nos das

Que siempre sigas guardando

Este bonito lugar. 

 

Aquí quiero cantarte

Con trovas viejas

Entre robles y viñas

De mosto llenas,

Me has robado mi Virgen

El alma entera.
 

Te has perdido en las cumbres

De nuestra tierra

Que has querido en tu anhelo

Trepar por ellas.
 

Una fuente nos dejas

Repleta de agua

Donde descansaremos

Entre robles y hayas.
 

Hablaremos contigo

Bonitas charlas

Te diremos María

Madre del alma.
 

La la laralá la la la ……

 


BIBLIOGRAFÍA:

RIQUER DE, MARTÍN; RIQUER DE, ISABEL. La poesía de los trovadores, Madrid, 2002.

 

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