Ruta 3: Fauna del Gran Lago del Ebro.

El Lago del Ebro fue en la primera fase de inundación una especie de mar interior de aguas saladas y pobres en formas de vida, en el que campaban a sus anchas las cianobacterias.

Pero aquella inmensa salmuera fue transformándose progresivamente y gracias a que en el periodo Mioceno comenzó a recibir grandes cantidades de agua dulce, procedente del Sistema Ibérico y los montes vascos y navarros de su alrededor, y a un clima benigno albergó, sobre todo en la desembocadura de los ríos, una fauna típicamente “africana”.

Los estudios realizados sobre fauna del periodo Mioceno han proporcionado abundante información que vamos a utilizar en esta ruta para conocer las especies que habitaron el Gran Lago del Ebro.

En esta visita no será necesario preparar botas de monte ni mochila, como sucedió en las dos rutas anteriores, nuestra propuesta es sobrevolar el Gran Lago del Ebro hasta las Bardenas Reales de Navarra, y regresar a la zona media del Iregua haciendo escala en tierras de Mendavia.

Finalizada esta primera parte de la ruta visitaremos el Aula Paleontológica de Cenicero, donde se exponen algunas réplicas de restos faunísticos fosilizados, hallados en yacimientos próximos a Moncalvillo y estudiados por científicos de varias universidades españolas.  

Fauna del Lago del Ebro en las Bardenas Reales de Navarra.

La elección de las Bardenas Reales como punto de partida es debido a que su paisaje nos recuerda el de las zonas más áridas del valle del Iregua y los montes La Pila y El Águila de Lardero.
 

     
Imágenes de las Bardenas Reales y la terraza del Iregua en Albelda.
 

Pero también nos ha parecido oportuno descender hasta esta comarca navarra porque los estudios paleontológicos realizados en todo el territorio van a permitirnos entender mejor el tipo de la fauna que habitó el Lago del Ebro en la zona media del Iregua.

Uno de los estudios sobre la fauna de esta zona fue realizado bajo la dirección del paleontólogo Xavier Murelaga.

Durante la investigación recogieron “nueve mil doscientos kilogramos de sedimento”, que una vez tamizados y lavados proporcionaron mil seiscientas unidades fosilizadas que había que estudiar y catalogar a continuación.

Los restos fosilizados de las dos láminas siguientes pueden darnos una idea del trabajo realizado en las Bardenas por el equipo de Murelaga. 
 

      
Diferentes restos faunísticos fosilizados. Crédito: Xavier Murelaga.
 

El trabajo de campo se realizó en catorce localidades navarras y tres aragonesas y el estudio de los mil seiscientos restos fosilizados confirmó la existencia de una variada fauna en el periodo Mioceno, compuesta de peces, anfibios, lagartos, serpientes, tortugas, cocodrilos, musarañas, castores, topos y flamencos, así como algunas especies de ungulados (animales con casco o pezuña), animales invertebrados y varios tipos de aves.
 


Recreación de fauna del Mioceno en el Gran Lago del Ebro.
Crédito: José Ángel Torres Sáenz.
 

Fauna del Lago del Ebro en Mendavia.

Abandonamos las Bardenas Reales y nos dirigimos hacia la villa de Mendavia. La noticia sobre restos de fauna del Mioceno en esta parte de la Ribera de Navarra nos la ofrecen Inés Sainz Albero y Ángel Elvira, autores del hallazgo.

Entre los restos faunísticos recuperados destacan por su abundancia y buena conservación las huellas fosilizadas de aves, impresas en algunos casos sobre las ondulaciones provocadas por el agua al ser movida por el viento.
 


Placa de arenisca con huellas de aves impresas sobre ondulaciones.
 

En el año 2012 organizamos dos excursiones con la Sociedad de Ciencias Aranzadi para visitar los restos recuperados en Menadavia, a las que acudieron entre otros miembros de la Asociación, Fermín Leizaola, Javi Castro y los paleontólogos José Ángel Torres y Luis Viera, autores del libro Dinosaurios en La Rioja del que ya hemos hablado al comienzo de este tema. Las imágenes siguientes evocan algunos momentos de aquellos encuentros culturales.   
 

      

                  

      
Diferentes placas de arenisca con huellas de aves. Mendavia.
 

Varias de aquellas lajas de arenisca con huellas de aves están siendo estudiadas en la actualidad, pero existen algunas muestras expuestas en Luberri, Museo de Geología y Paleontología de Oiartzun.

Otro importante hallazgo relacionado con aves del Lago del Ebro se produjo en las Bardenas Reales. Su autor, Julio Salinas mientras trabajaba con una retroexcavadora en estos terrenos mancomunados.
 


Imagen de los huevos fosilizados. Los tonos negros corresponden a los elementos vegetales que formaban el nido. Crédito: Diario de Navarra. 27.10.2012.
 

Al descubrir los llamativos restos, Salinas informó a las autoridades de las Bardenas y estas se pusieron en contacto con Murelaga, quien afirmó se trataba del “nido con vegetales más antiguo conocido en el mundo construido por un ser vivo”.

Según Murelaga, el nido descansaba sobre elementos vegetales que le permitían flotar protegiéndolo de este modo de los depredadores, estrategia que le llevó a pensar que pudo ser construido por una especie intermedia entre el somormujo y el flamenco. Con los huevos ya depositados el nido se hundió y fue fosilizando en el fondo, entre lodos del Lago del Ebro.

Las prospecciones en Mendavia han permitido realizar otros interesantes hallazgos de fauna del Mioceno, entre los que cabe destacar un ejemplar de ave fosilizada que murió probablemente junto a la costa del Gran Lago. 

Y más recientemente, nuestros amigos mendavieses nos han comunicado que han localizado varias especies fosilizadas de caracol.

Fauna del Lago del Ebro en el entorno de Moncalvillo.

La fauna que habitó el Lago del Ebro en la zona de las Bardenas Reales y Mendavia habitó probablemente zonas inundadas próximas a Moncalvillo, pero nosotros vamos a ocuparnos simplemente de las especies estudiadas por varios especialistas.

Uno de los primeros hallazgos en esta zona de La Rioja lo publica Emilio López Agós en el año 1948, tras estudiar unos restos fosilizados que atribuye a un ejemplar de elefante antiguo (ELEPHAS ANTIQUUS) y que pudo vivir “en el segundo periodo interglaciar de la época Cuaternaria”.
 

   
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zda. Evolución del elefante. Crédito: Emmanuel Buchot. Dcha. Restos de elefante antiguo hallados en el yacimiento de Torralba - Ambrona (Medinaceli, Soria). Crédito: Wikipedia.
 

El hallazgo se produjo a unos ocho metros de profundidad, cuando un grupo de obreros extraía material en unas canteras próximas al Monte Cantabria, de Logroño. En concreto, fueron recuperados varios trozos de mandíbula y un molar incompleto de elefante antiguo, de unos treinta y cinco centímetros de longitud, que llegarían arrastrados por los cauces fluviales desde el lugar en que murió el animal.

En el año 1987 se produce una nueva aportación. En esta ocasión es Javier Martínez Salanova quien publica su tesis de licenciatura, basada en el estudio paleontológico de micromamíferos del Mioceno en la jurisdicción de Fuenmayor, cuyo yacimiento se localiza al oeste del pueblo, junto a la carretera N-232.
 


Estratigrafía y restos de fauna fosilizada hallados en el yacimiento de Fuenmayor.
Crédito: Javier Martínez Salanova.
 

También en este caso se ofrece completa información sobre la metodología de trabajo y una detallada descripción de los restos de fauna localizados, tal y como vemos en el anterior dibujo estratigráfico.

Durante esta intervención, se recogen unos mil doscientos cincuenta kilos de sedimento, que una vez lavado, tamizado y triado, proporcionan ciento cuarenta dientes de Micromamíferos, pertenecientes a quince especies diferentes.

En el proceso de excavación aparecieron también restos de vegetales y peces, y en mayor cantidad los osteodermos (piel o escamas) de tortugas y cocodrilos.

Un nuevo descubrimiento se publica en 1992. Un equipo multidisciplinar formado por geólogos y paleontólogos de las Universidades de Barcelona, Sevilla y Zaragoza, dan a conocer varias icnitas de posibles Carnívoros primitivos, halladas en el monte El Cristo, de Logroño.
 

        
Izda. Representación de icnitas. Dcha. Bloque de roca arenisca con ondulaciones fosilizadas producidas por el agua del Lago del Ebro. Monte El Cristo. Logroño.
 

Todavía permanecen a la intemperie en este yacimiento grandes bloques de roca arenisca con las características ondulaciones producidas por las aguas al ser movidas por el viento, y con los surcos o deslizamientos fosilizados producidos por invertebrados durante sus desplazamientos.
 

        
Estado actual del lugar donde aparecieron las icnitas de un gran Carnívoro y laja de arenisca con ondulaciones producidas por oleaje. Al fondo, al ciudad de Logroño
 

Once años después, especialistas de Kutxa.Espacio de la Ciencia, y de las Universidades de Zaragoza y el País Vasco, publican los resultados de una excavación en el monte La Pila de Lardero.

Entre los restos de fauna recuperados citan estos investigadores restos óseos de grandes vertebrados, dientes de cocodrilo, corazas de tortuga y diferentes especies de caracol.

Las campañas paleontológicas en el monte La Pila continúan realizándose en años sucesivos, alternando con otras intervenciones en jurisdicción de Cenicero, gracias en buena parte al entusiasmo de la Asociación Amigos de Cenicero.

En el año 2009 aparece el primer Boletín Informativo de esta Asociación, donde se incluye un “Resumen de las actuaciones con referencias a la importancia de la investigación” elaborado por el Aula Paleontológica de Cenicero.

Se informa en este Boletín de la importancia del yacimiento del monte de La Pila de Lardero, en el que para entonces se habían realizado varias campañas paleontológicas desde el año 2002.

A los restos de fauna fosilizados del monte La Pila se le atribuye una cronología de unos 22 – 23 millones de años, destacando entre todos ellos “una colección de restos de tortugas y cocodrilos y algunos ejemplares de macromamíferos”.

Sobre las diez mejores piezas de aquellos restos encargan construir unas réplicas que son entregadas a los promotores de cada excavación. En el caso de Cenicero, pueden verse varios ejemplares en el Aula de Paleontología, situada en la Casa de la Cultura de la villa.
 

        
Izda. Coraza de tortuga. Dcha. Mandíbula de rinoceronte. Dos réplicas de restos hallados en el monte La Pila depositadas en el Aula Paleontológica de Cenicero.
 

Según el Boletín Informativo de la Asociación Amigos de Cenicero, el equipo de excavación estaba formado por doce personas, en su mayoría geólogos y paleontólogos de contrastada experiencia, el profesor Félix Pérez Llorente de la Universidad de La Rioja y Xavier Murelaga coordinador del estudio paleontológico en las Bardenas Reales de Navarra, formaban parte del equipo.

Las Campañas de Cenicero se centraron preferentemente en el estudio de varios bloques de roca arenisca, extraídos durante las obras de construcción de una bodega de esta localidad, en los que aparecieron ciento cuarenta y dos incnitas de especies animales diferentes.

En concreto, estas huellas fosilizadas fueron producidas en 72 casos por especies de aves, similares a las cigüeñas o las grullas; en 46 casos por posibles pécoras (rumiantes); y se han contabilizado 6 icnitas producidas por caballo y otras 18 sin identificar.
 

             
Carga de los bloques de roca arenisca y detalle de uno de ellos con varias huellas de ave. Cenicero. Crédito: Aula Paleontológica de Cenicero.
 

Entre los restos de fauna son muy frecuentes los surcos o deslizamientos fosilizados, creados por especies de invertebrados durante sus desplazamientos, y aunque pueden parecer menos atractivos que otros restos de los aquí citados es imprescindible darlos a conocer. En las fotografías siguientes pueden verse dos ejemplos tomados en el Monte Cantabria y Monte El Corvo de Logroño.
 

        

Tampoco son muy vistosas las especies vegetales fosilizadas, pero también es necesario valorar su importancia pues son restos que permiten al científico recomponer la flora de aquellas épocas remotas e interpretar aspectos importantes de la climatología.
 


Semillas fosilizadas expuestas en el Aula Paleontológica de Cenicero.
 

 

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